Tras un recorrido de 1.000 kilómetros desde Éibar, Nene llegaba pedaleando emocionado este miércoles a la Plaza de España, rodeado de decenas de niños que lo admiran y del aplauso de familiares, amigos y compañeros ciclistas.

Y es que este joven deportista sevillano les ha demostrado que tener diabetes Tipo 1 no es impedimento para el deporte ni para una vida normalizada.

El reto, que ha alcanzado en 72 horas, pretende ser una manera de concienciar en el Día Mundial de la Diabetes, sobre esta enfermedad; además de recaudar fondos para la Asociación para la Atención y Defensa del Niño y Adolescente Diabético en Sevilla (Anadis).

«Cada kilómetro he estado pensando en esos niños, era el motivo por el que estaba en la bici, y en ningún momento he tenido ningún bajón», indicó a su llegada José Antonio Fernández, más conocido como Nene. Lo recaudado a través de la plataforma migranodearena.org será destinado a la puesta en marcha de un campamento para los niños de Anadis a través del equipo Diabetes Team Active, del que es fundador.

«Será un campamento de tres días que servirá para que nuestros niños hagan ejercicio físico, porque el deporte es fundamental para un buen control de la diabetes», explica Ana Mari Álvarez, presidenta de la asociación. «Habrá educadores, nutricionistas y mucha actividad física, porque el objetivo es dar las herramientas a los niños para que introduzcan en su día a día el ejercicio físico; además tenemos previsto que los padres intervengan el último día para que se sientan parte», adelanta Nene.

«Con diabetes se puede»

José Antonio, de 38 años, es un deportista del barrio sevillano del Parque Alcosa que debutó en diabetes hace 10 años. Su relación con el deporte entonces no superaba el salir a correr algunos días a la semana. «Tras conocer que tenía diabetes, se metió de lleno en el deporte solo por cabezonería, por demostrar que era capaz», recuerda su padre, José Antonio Fernández, «y a los primeros a los que se lo demostró fue a su madre y a mi cuando se compró la bicicleta». No cesó en su empeño y hace dos años consiguió uno de sus mayores retos, ser finalista del Ultraman, con 10 km de natación, 420 km en bici y 84 km de carrera a pie, siendo el primer deportista con diabetes tiop 1 del mundo en lograrlo.

Ahora, ha vuelto a superarse como deportista, con el lema «Con diabetes se puede». En la primera etapa que arrancó el domingo, Nene pedaleó durante 26 horas de Éibar hasta Aranjuez, realizando una parada institucional en la Ciudad Deportiva del Real Madrid, donde fue recibido por Nacho Fernández, jugador de la primera plantilla que también tiene diabetes tipo 1. El martes salió de Aranjuez para cubrir la distancia hasta Córdoba donde hizo noche para partir la mañana del miércoles hasta Sevilla.

«El peor momento fue la noche que pasé por Burgos, por el frío, la lluvia y el aire; pero el mejor momento sin duda ha sido la llegada, no me esperaba este recibimiento», indica emocionado. El reto ha sido posible gracias a 13 meses de entrenamiento y al apoyo de Quirónsalud Sagrado Corazón, que ha prestado asistencia durante la ruta. El deportista ha estado motorizado por endocrino y cardiólogo en todo momento para controlar su nivel de glucosa y su ritmo cardíaco.

Los niños, los beneficiarios del reto

Los niños de Anadis portando globos azules, se acercaron a Nene en cuanto bajó de la bici para poder posar para una foto con él, como un ídolo. Javier, con cinco años, ha venido con sus padres y su hermana con las bicis desde Mairena. Debutó en diabetes hace dos. «Él tiene la bomba de insulina hace año y medio y está bastante controlado», indica Benji, su padre, «nosotros somos deportistas e intentamos que él haga el máximo deporte posible». Hace natación un par de días por semana, y también le gusta el fútbol y la bici. «Es bastante importante visualizar la diabetes como ha hecho Nene, sobre todo para acceder a puestos públicos porque hay leyes que están obsoletas y hoy día con un buen control un diabético tipo 1 hace una vida normal», explica su padre a Sevilla Solidaria.

Alejandro, con 14 años, se decanta por el tenis. También con diabetes tipo 1 ha venido a recibir a Nene con sus padres y su hermano. «Ahora tiene bomba y un monitor de glucosa continuo y él lo lleva muy bien, la tecnología ha ayudado mucho pero sigue habiendo momentos duros, las noches, por ejemplo, siguen siendo desesperantes porque hay que seguir levantándose para ver cómo tiene el azúcar para evitar la hipoglucemia», explica Juanma, su padre. «El deporte, la insulina y la alimentación son claves en la diabetes tipo 1», puntualiza. Su hijo Alejandro está deseando poder ir al campamento, y reclama que él es como cualquier otro niño: «a veces otros niños te miran, otros hasta se burlan, pero lo único diferente en mi es que me tengo que pinchar». Nene se lo ha dejado claro a él y a toda España: «Con diabetes se puede».